Me miro al espejo, abro y cierro los ojos, esperando dejar de ser este moustro. Luego recuerdo que mis ojos no ven, dejaron de ver desde que la realidad se volvió esta, esta que tantos odian y le huyen, pero luego me acuerdo que tampoco recuerdo que deje de recordar desde que todos los recuerdos me acordaban a ti. Bajo la mirada escucho los latidos de mi corazón, esos que antes sonaban por alegría y ahora suenan por la simple necesidad de vivir, vuelvo a ver mis ojos en el espejo y recuerdo que yo no puede dejar de ser un moustro.

No hay comentarios:
Publicar un comentario